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Anoche soñé por fin con un paisaje amable
Vivía en un pueblo donde la calle era un río, y se caminaba por los cantos rodados mientras el agua corría bajo tus pies. Las casas se amontonaban a un lado, el bosque estaba integrado. Descubrí a un par de vecinos artesanos que, todos los primeros de mes, escondían vasijas de cerámica recién cocida entre los cantos rodados, bajo el agua, para que el resto de personas los fueran recogiendo, como quien recoge la fresa.
J.
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